TRABAJO
VIVO

Sobre el alcance de miras de un líder

📖 3 minutos
🗓 7 junio 2025
✏️Escrito por Francisco Casaus

Edward Smith, experimentado capitán del Titanic, ignoró la parte oculta del bloque de casi 200.000 toneladas de hielo que hundiría definitivamente al “insumergible” y tuvo una actitud dubitativa desde el choque. La historia del Titanic puso en boga el estudio de los icebergs y transformó las reglas de seguridad marítima.

Los riesgos psicosociales ponen en peligro a las organizaciones empresariales. El trabajo es como un iceberg o como un océano rocoso: cuidado con aquellos capitanes que no sepan ver el lado oculto. La « navegación » en el mundo del trabajo está llena de incertidumbres, hay que saber driblar las rocas del camino para atisbar el horizonte.

La punta del iceberg representa el trabajo prescrito, los procesos y procedimientos (la psicopolítica del trabajo). La porción sumergida del trabajo/iceberg representa el trabajo real, la parte « no escrita », intuitiva, experiencial, cooperativa, a veces informal (la psicodinámica del trabajo).

Esta parte « sumergida » no aparece en los manuales corporativos: las tareas y objetivos efectivamente seguidos por el trabajador, los modos operatorios y las estrategias puestas en obra, las herramientas y los recursos efectivamente utilizados, los colegas solicitados.

No estaba escrito en los manuales de procedimiento pero así fue de verdad, para poder sacar el trabajo adelante, con todos sus contratiempos. Liderar es navegar, a veces a contracorriente, conscientes de la cara oculta del iceberg o de las rocas del trazado.

Les propongo repensar el trabajo, teniendo en cuenta 7 conceptos básicos:

  • Existe un desequilibrio inevitable entre los procesos y los procedimientos (el trabajo prescrito) y el trabajo real. 
  • El trabajo repercute en la salud, interviniendo en la construcción de la identidad y la autoestima personal.
  • Los imprevistos movilizan la inteligencia individual y colectiva, debiendo alimentar el éxito evolutivo de la organización del trabajo.
  • El líder debe conectar auténticamente con la realidad del trabajo y potenciar una experiencia de pertenencia colectiva. El trabajo está « vivo ».
  • El líder debe respetar y hacer respetar las normas, que son necesarias, delimitando las responsabilidades de cada colaborador.
  • Las normas que tienen en cuenta el compromiso emocional y la inteligencia práctica de los trabajadores están del lado del placer en el trabajo.
  • El placer en el trabajo es posible y antídoto contra el sufrimiento. Hay que normalizar el placer en el trabajo.

El alcance de miras de un líder para repensar el trabajo debe comprender que siempre hay una cara oculta en cada iceberg: medir el equilibrio entre las expectativas de los colaboradores con las expectativas de la empresa no consiste en medir lo bien que cada trabajador cumple las expectativas de la empresa. 

Se trata de conseguir un equilibrio óptimo entre el trabajo prescrito y el trabajo real, a base de ajustes continuos de la organización del trabajo.

Las empresas son esencialmente humanas y están plagadas de todas las fragilidades e imperfecciones asociadas a la condición humana. Es precisamente la inteligencia práctica de sus colaboradores (para lidiar los problemas que los manuales de procedimiento no habían previsto) lo que convierte a las organizaciones en verdaderamente competitivas. 

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